La segunda parte del libro aborda un debate conceptual de hondo calado por sus implicancias políticas: el eclipse del concepto “industrias culturales” a favor del discurso sobre la creatividad y las “industrias creativas”. El británico Philip Schlesinger (Universidad de Glasgow) explica la incidencia de los intelectuales en la formulación de políticas públicas en la sociedad de la información, con especial atención al escenario anglosajón. Por su lado Gaëtan Tremblay (Universidad de Quebec en Montreal) historiza la construcción del concepto “industrias culturales” para, a partir del análisis de documentos e informes oficiales, realizar una fundamentada crítica a la proclamación de un nuevo sector -las “industrias creativas”- y una nueva economía -la “economía creativa”-. Cierra este parte Enrique Bustamante (Universidad Complutense de Madrid) quien alerta sobre los aspectos legitimadores de la moda de las “industrias creativas” respecto a tendencias observables desde hace tiempo: la disolución de la cultura en la economía, la basculación de la regulación y de las políticas culturales del lado del comercio o la concepción de la diversidad como efecto natural del mercado.
La tercera parte reflexiona sobre el consumo cultural desde una perspectiva crítica. El profesor Armand Mattelart (Universidad París VIII) expone las relaciones entre la economía política de la comunicación y los estudios culturales -una suerte de “hermanos enemigos”, en palabras del sociólogo belga- y reflexiona acerca de la “demanda social”, concepto que remite a un proyecto de sociedad, a una utopía de emancipación social. Por su parte, Micael Herschmann (Universidad Federal de Río de Janeiro) evalúa en qué medida el enfoque teórico-metodológico de “circuito de cultura” elaborado por uno de los principales referentes de los estudios culturales, Stuart Hall, presenta aportes para el estudio de la dinámica de los hábitos y prácticas culturales. Y, finalmente, Francisco Sierra (Universidad de Sevilla) concluye que la diversidad cultural en la era digital se define por la pluralidad de voces, grupos e intereses representados en los contenidos y por la participación y capacidad de determinación del modelo y estructura del sistema de medios de comunicación.
La última parte del libro analiza los desafíos que hoy enfrentan los estudios de economía política de la comunicación. El actual presidente de ULEPICC, Luis A. Albornoz (Universidad Carlos III de Madrid), propone una renovada agenda político-cultural al calor del desarrollo de redes y servicios digitales que centra la atención del debate social y renueva los interrogantes en torno a las relaciones entre innovación tecnológica y cambio social. Seguidamente César Bolaño (Universidad Federal de Sergipe) reflexiona sobre la centralidad que las ciencias de la comunicación adquieren en la lucha epistemológica que atraviesa todo el campo de las ciencias sociales. Concluye la obra Delia Crovi Druetta (Universidad Nacional Autónoma de México) quien discurre sobre los desafíos de orden metodológico que presenta investigar la cultura y la comunicación desde la perspectiva de la economía política, abogando la elaboración de trabajos empíricos capaces de registrar los cambios culturales y las estructuras del sector info-comunicacional.
Inscripto en una perspectiva de análisis más necesaria que nunca para comprender el funcionamiento de nuestros complejos sistemas mediático-culturales inmersos en procesos de profunda transformación, PODER, MEDIOS, CULTURA. Una mirada crítica desde la economía política de la comunicación está llamado a convertirse en una obra de referencia para aquellos interesados en adentrarse en las problemáticas y debates que suscitan el funcionamiento de los tradicionales y nuevos medios, la formulación de políticas públicas de comunicación y cultura, o las prácticas socioculturales en el nuevo escenario digital.